
Según Kieny, una primera tanda se repartiría en noviembre y sería de unos 60 millones de dosis. Alcanzaría para vacunar al 2% de la población de estos países. El objetivo siguiente es llegar al 10%. La idea es inmunizar primero a los trabajadores del sector de la salud, que son los más expuestos a contraer el virus de la gripe.
Ante la controversia en los países más ricos, donde gran parte de la población tiene miedo a vacunarse, Kieny aseguró que una sola dosis es suficiente para prevenir la enfermedad y repitió que no hay motivos para dudar de la efectividad de la vacuna.
Las dosis fueron donadas por compañías farmacéuticas y por un grupo de países desarrollados, liderado por Estados Unidos, que anunciaron que entregarán a las naciones más pobres el 10% de sus reservas de vacunas. Sanofi-Aventis -el mayor productor de vacunas de gripe del mundo- y GlaxoSmithKline donarían unos 150 millones de dosis, mientras que un tercer fabricante, Medimmune, entregará una cifra aún no especificada.
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