Por primera vez, un equipo de físicos ha demostrado de manera experimental el equivalente magnético de la electricidad, al que han bautizado como magnetricidad.
Para explicar lo anterior, podemos resumirlo de la siguiente manera: Un imán normalmente tiene dos polos, norte y sur, que son inseparables. Si se corta un imán por la mitad, cada parte
desarrolla sus propios polo norte y sur (dipolos). Y esto sucede incluso si en la división llegamos a sus átomos individuales. Sin embargo, investigadores del Centro de Londres para la Nanotecnología han conseguido por primera vez que cargas separadas o monopolos generen una corriente usando un cristal con titanio refrigerado a una temperatura próxima al cero absoluto.
El descubrimiento, publicado en la revista Nature, podría tener importantes aplicaciones en computación, por ejemplo para crear memorias mucho más compactas. Aunque, como afirma el responsable de la investigación, Steve Bramwell, “aún estamos en la primera fase, y quién sabe cuáles serán las aplicaciones de la magnetricidad dentro de cien años”.