4 de octubre de 2009

Teoría revolucionaria sobre el Universo

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"No hay agujeros negros", concluye la última teoría de gravedad cuántica postulada por el científico holandés Gerardus ‘t Hooft, quien obtuvo el Premio Nobel de física hace una década por sus trabajos para describir la estructura de interacción cuántica en las partículas elementales de la materia.


Un agujero negro u hoyo negro es una región del espacio-tiempo provocada por una gran concentración de masa en su interior, con enorme aumento de la densidad, lo que provoca un campo gravitatorio tal que ninguna partícula material, ni siquiera la luz, puede escapar de dicha región.


En la nueva concepción del universo que propone Hooft, no hay lugar para las singularidades espacio-temporales. Así lo reporta la publicación electrónica Technology Review, especializada en difusión científica y perteneciente al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).


Ahora, el postulado de Gerardus ‘t Hooft ha tenido éxito en integrarlas matemáticamente; pero a costa de negar la existencia de todas las singularidades espacio-temporales, incluidos los agujeros negros que gozan de tan amplia aceptación dentro del ámbito científico. Además, propone que las leyes de la física son siempre las mismas, sin importar la escala de la materia.


Para desarrollar su nueva teoría, Hooft ha echado mano de la teoría de cuerdas. Según ella, las partículas más pequeñas de la materia no son simples puntos, sino cuerdas que tienen la capacidad de moverse en cuatro dimensiones y que, al vibrar de formas distintas, representan un fotón, un quark u otras partículas microscópicas.


Enlace: Technology Review