25 de septiembre de 2009

Los DJs de hoy sobresalen con la tecnología actual

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En el verano de 2008, el actor galés Christian Bale rodaba la película de ciencia ficción Terminator Salvation. Bale estaba en medio de una escena cuando el director de fotografía Shane Hurlbut la arruinó al caminar por donde no debía. Ello provocó que la estrella perdiera los estribos y expresara un montón de insultos.

Concluido el incidente, todo pareció quedar ahí. Pero, a principios de febrero de este año, un sitio web hizo pública la grabación de los improperios. De inmediato, Lucian Piane –joven productor musical y compositor que utiliza el nombre artístico de Revo- Lucian– tuvo la idea de hacer una remezcla, o remix, de la grabación. La modificó con música propia e hizo una canción digna de la más popular pista de baile.

No era la primera vez que Piane convertía los exabruptos intempestivos y diatribas de alguna celebridad en una mezcla de baile: “He estado trabajando con el Apple Logic Studio, un software bastante potente. Tuve que añadir algunos elementos para perfeccionar el sonido, pero en esencia, el disco lo grabamos en mi habitación, y usamos el armario como cabina vocal.

Hoy, cualquiera con un poco de conocimiento sobre ordenadores, los programas adecuados y buen oído para el ritmo, puede crear música y llegar a cientos, miles o millones de oyentes. Es una nueva música que nace con la tecnología y que, gracias a ella, ya sea mediante tiendas digitales como iTunes o Rhapsody, servicios gratuitos –music. download.com, acidplanet.com– y páginas del tipo MySpace o YouTube, no requiere de los tradicionales establecimientos de venta de discos o locutores radiofónicos para hacerse escuchar.

En esta revolución musical, productores y disc jockeys de vanguardia protagonizan un fenómeno en el que, a través de los sonidos que inventan o mezclan, cómo los hacen y en dónde los tocan, pueden volverse en celebridades internacionales.